Ciudadanía global y el
entendimiento cultural
Un referente de la realidad histórica del mestizaje en Ucayali y un ejemplo de convivencia entre las etnias shipibo –conibo y cacataibo.
Libia Almeida(Autora)
En
base a la experiencia trabajada en dos comunidades nativas con lenguajes distintos,
ambos con las mismas costumbres, escribir sobre ciudadanía global y el
entendimiento cultural en el ámbito de la realidad vivida, considero como temas
complejos en su esencia y que está expuesto a sufrir cambios. No tan lejos de
la realidad al cual pertenezco, formando para de mi identidad cultural, soy
parte de esa historia. La misma que se inició desde la colonización, el empeño
de la iglesia católica por imponer la fe en la religión y lo más devastador, la
extracción de los recursos naturales tan solicitados para el desarrollo de
países del primer mundo y tan insignificantes para nuestros pobladores nativos
utilizados en esa época.
Son
circunstancias donde la religión Ucayali
no pasó desapercibida por los colonizadores; y contando la historia muchos de
los indígenas sufrieron ciertos abusos, el autor Emelo Castro[1]
dice en sus escritos “Opúsculos del
Oriente Peruano”, que la exportación del caucho había asolado poblaciones
enteras donde moraban aquellos semi salvajes, así como barrios y pueblos de
gente civilizada que han desaparecido como segadas por un cataclismo, Hoy se
ven ruinas de estos dormidos cementerios sobre los que parece levantarse como
medida de protesta una enorme lápida en la que podría escribirse: “aquí existió uno de los pueblos que el
caucho inmolo”.
La
historia del caucho fue una época donde los nativos estuvieron expuestos a grandes
cambios culturales influyentes liderados por las costumbre mestizas y
extranjeras más allá que dejaron una gran pobreza, sin beneficios de la
opresión cauchera.
Sin
embargo, el mestizaje fue inevitable, un suceso que causo aspectos negativos y positivos;
en un contexto más amplio, es así como los pueblos indígenas reconocen la
importancia y urgencia de desarrollar políticas y planes para hacer frente a
ciertos cambios, uno de ellos la inserción de la globalización, los cambios
culturales y hasta la repercusión de los cambios climáticos. La mayoría de las
inquietudes y protestas expresadas por ellos mismos tienen que ver con la
violación de sus derechos de participación ser reconocidos ante la toma de
decisiones, teniendo como “identidad”, una palabra compleja que respalda la
historia de un pueblo.
Hablar
de identidad cultural de los pueblos indígenas amazónicos es complejo, en el caso
de la etnia de los cacataibos y de los shipibos-conibo. Siendo un elemento
clave la tradición oral en la construcción de la identidad y por otro lado, se
observa cómo se reconstruye la identidad cultural en los indígenas y pobladores
migrantes.
[1] Emelo Castro, autor de “Opúsculos
del Oriente Peruano”, mencionado en la publicación “Las Fronteras del Purús y Yurua” de Waldemar Soria Rodriguez.
Con
el pasar de los años, las provincias de Padre Abad y Coronel Portillo adquieren
mayor importancia como destino de visita y de investigación de su mundo, muchos
de los indígenas consideran que su cultura da impulso al desarrollo, teniendo
como recursos a la música, el lenguaje, relatos orales, artesanías, danzas y
hasta la propia pintura que han sido reconocidos de manera integrada para la
actividad turística, la misma que genera a nivel mundial impactos positivos y
negativos desde un ámbito socio económico. Originando a que la identidad
cultural no solo repercute en los nativos, también en su población mestiza y de
quienes visitan la región, considerando a Pucallpa, o quizás identificándola más
con las costumbres shipibas, cultura que salió a flote, gracias a los estudios
de científicos extranjeros; siendo un aporte inmemorable para la historia
regional.
De
esta manera se presenta una connotación en los habitantes de Pucallpa, cada vez se presenta un mestizaje entre la
raza y la pluriculturalidad adquiriendo oportunidades de cambios, un ejemplo,
en las costumbres gastronómicas, el consumo de galletas es nuevo para los
nativos, quienes tienen en su dieta la presencia de más carbohidratos como la
yuca ó el plátano; ingerir alimentos de otros lugares, es una oportunidad para
ellos de sentirse mejor “nutridos”, mas no lo ven como una bondad de poder
ingerir alimentos menos procesados para una mejor digestión.
Otro
ejemplo a mencionar, es sobre la evolución de las comunidades nativas ante sus
necesidades, cada vez exigen al Estado la construcción de infraestructura
básica; considerando importante contar
con puestos de salud y centros de educación inicial y primaria, con la
presencia de docentes para la enseñanza del idioma castellano para sus niños;
esto conduce a que el intercambio cultural del docente mestizo y el niño nativo
sea más fuerte ante un infante en proceso de aprendizaje con sueños de salir
hacia la ciudad a buscar suerte. Estas situaciones se ven reflejadas tanto
en la comunidad nativa de San Francisco (etnia
shipiba); y la comunidad nativa de Yamino (etnia cacataibo).
Para
la construcción de la identidad, una de las oportunidades mediáticas y de
integración entre sus habitantes es el turismo; cuyo objetivo principal es de
generar ingresos económicos a sus integrantes locales, haciendo que estas
etnias predominen en su desenvolvimiento e inviten a participar a personas que
están fuera del contexto de la comunidad a formar parte de sus costumbres.
Relacionando
el turismo con el entendimiento cultural, se cuenta un segmento dispuesto a la
integración del mismo, el turismo rural comunitario es actualmente una gran
oportunidad de desarrollo para las comunidades indígenas de escasos recursos
ubicadas en zonas de alto potencial turístico, ya que les permite acceder a los
beneficios que brindan las actividades económicas relacionadas con el turismo,
una de ellas el involucramiento con sus costumbres, gastronomía, artesanía y lo
que más resalta es el disfrute de sus países y medicina natural.
Asimismo,
las principales tendencias de la demanda de turismo internacional muestran un
creciente afán por experimentar vivencias únicas y alejadas de las rutas del
turismo tradicional, y para estas comunidades mencionadas anteriormente, el
sector turístico es uno de los últimos terrenos donde poblaciones de escasos
recursos siguen gozando de ventajas competitivas en el mercado, por la
diferencia y la unicidad de su patrimonio cultural y natural.
Sin
embargo, aprovechar las oportunidades del turismo, tanto económicamente como en
desarrollo personal y comunitario, implica múltiples desafíos para las
comunidades indígenas de las etnias shipibo-conibo y cacataibos: contar con
productos de calidad, manejar la tecnología de internet, disponer de sistemas
de comunicación adecuados, operar según las normativas locales, ganar la
confianza de las operadoras turísticas internacionales y establecer alianzas
con los diferentes actores de la cadena de valor turística, esto influye para
una aceptación bien vista por parte de la ciudadanía ante la presencia de
diversas manifestaciones culturales, y las oportunidades para sobrevivir ante
un mundo cada vez más globalizado en el consumismo y en el desarrollo
tecnológico.
Finalmente,
son las mismas comunidades quienes ante tantos cambios decidirán acoplarse a ellos o simplemente mantenerse al margen, situación que es difícil debido
a que los jóvenes indígenas están en constante cambio.
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